27 de enero de 2012
Cuando eran las 7:15 ya estaba subiendo a Necul a la balanza. Se encontraba en 118g, un peso para nada bajo si tenemos en cuenta que el día anterior antes de irse a dormir estaba en 121g. Al igual que ayer el objetivo del día fue conseguir mayor velocidad en su respuesta aunque debamos dejar un poco de lado lo de estirar las distancias. Acá podemos decir que hubo un nuevo error en lo que consiste al entrenamiento y es que esto de la velocidad de reacción tal vez lo tendría que haber trabajado antes que lo de estirar los saltos. La razón por la que no lo hacía era que para conseguirlo hay que ir bajándolo de peso y como ya lo dije varias veces estoy tratando de usar esto como último recurso. Es una lástima que la gente que realmente sabe de esto y que tiene años de experiencia no se haya hecho presente en este diario ya que sus consejos y opiniones habrían sido de gran ayuda, de todos modos estoy aprendiendo mucho junto a este chiquitín.
La única forma que conozco para lograr que su respuesta sea lo más rápida posible es la de acercarse a su percha, mostrarle el guante durante unos pocos segundos (5 o 6, no más) y si salta recompensar y si no lo hace esconder el guante y volver a intentarlo un minuto después. Esto tres o cuatro veces, si después de eso no salta me retiro y vuelvo a la media hora o una hora dependiendo de cómo lo haya visto, si amagaba a saltar pero no se desidia vuelvo enseguida pero si miraba para cualquier lado vuelvo una hora más tarde. El objetivo de esto es aprovechar algo que es natural en ellos y es el poco tiempo que tienen en la naturaleza para conseguir su comida, a sus parientes salvajes las presas no los van a estar esperando por horas a que se decidan a atacar, si dejan pasar la oportunidad no comen. Entonces nosotros debemos hacer lo mismo, si no saltan al guante cuando tuvieron la oportunidad no comen.
Así como es importante no permanecer mucho tiempo con el guante ofreciéndoselo, también lo es el hacerlo solo 2 o 3 o como mucho 4 veces ya que si no estamos en la misma, el puede “pensar” para que voy a saltar ahora si en un ratito ya está de nuevo dándome otra oportunidad, salto después y listo. Por último, antes de hacer esto, es decir antes de buscar reacción en su respuesta usando estos pasos, debemos estar completamente seguros de que el pájaro comprendió que para comer tiene que subir al guante de lo contrario por más que lo bajemos de peso no vamos a conseguir nada más que perjudicarlo y perder tiempo.
Aclarado esto paso a contarles que fue lo que hicimos durante el día. A las 9:00 estando él en 116g me acerque a él por primera vez para ver si quería comer, me puse en cuclillas le estire el guante pero si bien pió un poco y camino algo hacia los costados en la percha no lo vi con muchas ganas de saltar así que me fui para volver más tarde. A las 9:30 ocurrió lo que se ve en este video:
Después de eso estuvo muy tranquilo en su percha. A las 10:30 conseguí otros dos saltos que los pueden ver en este segundo video:
Dos saltos más hizo a las 11:45 y eso fue lo último por la mañana.
Para las 16:30 estaba nuevamente en 116g pero esta vez solo realizo un único salto y con la picadita que le di llego a los 117g de peso. Una hora y media más tarde hizo dos saltos más y a las 18:30 salto a un chingolito que le ofrecí en el guante pero a diferencia de los que me esperaba saltó pero no se puso a comer, más bien jugaba con él. Lo pelaba, le retorcía el cuello, le picoteaba la cabeza y cada tanto comía un poco, pero no mucho.
Terminó el día pesando 120g
Cuando eran las 7:15 ya estaba subiendo a Necul a la balanza. Se encontraba en 118g, un peso para nada bajo si tenemos en cuenta que el día anterior antes de irse a dormir estaba en 121g. Al igual que ayer el objetivo del día fue conseguir mayor velocidad en su respuesta aunque debamos dejar un poco de lado lo de estirar las distancias. Acá podemos decir que hubo un nuevo error en lo que consiste al entrenamiento y es que esto de la velocidad de reacción tal vez lo tendría que haber trabajado antes que lo de estirar los saltos. La razón por la que no lo hacía era que para conseguirlo hay que ir bajándolo de peso y como ya lo dije varias veces estoy tratando de usar esto como último recurso. Es una lástima que la gente que realmente sabe de esto y que tiene años de experiencia no se haya hecho presente en este diario ya que sus consejos y opiniones habrían sido de gran ayuda, de todos modos estoy aprendiendo mucho junto a este chiquitín.
La única forma que conozco para lograr que su respuesta sea lo más rápida posible es la de acercarse a su percha, mostrarle el guante durante unos pocos segundos (5 o 6, no más) y si salta recompensar y si no lo hace esconder el guante y volver a intentarlo un minuto después. Esto tres o cuatro veces, si después de eso no salta me retiro y vuelvo a la media hora o una hora dependiendo de cómo lo haya visto, si amagaba a saltar pero no se desidia vuelvo enseguida pero si miraba para cualquier lado vuelvo una hora más tarde. El objetivo de esto es aprovechar algo que es natural en ellos y es el poco tiempo que tienen en la naturaleza para conseguir su comida, a sus parientes salvajes las presas no los van a estar esperando por horas a que se decidan a atacar, si dejan pasar la oportunidad no comen. Entonces nosotros debemos hacer lo mismo, si no saltan al guante cuando tuvieron la oportunidad no comen.
Así como es importante no permanecer mucho tiempo con el guante ofreciéndoselo, también lo es el hacerlo solo 2 o 3 o como mucho 4 veces ya que si no estamos en la misma, el puede “pensar” para que voy a saltar ahora si en un ratito ya está de nuevo dándome otra oportunidad, salto después y listo. Por último, antes de hacer esto, es decir antes de buscar reacción en su respuesta usando estos pasos, debemos estar completamente seguros de que el pájaro comprendió que para comer tiene que subir al guante de lo contrario por más que lo bajemos de peso no vamos a conseguir nada más que perjudicarlo y perder tiempo.
Aclarado esto paso a contarles que fue lo que hicimos durante el día. A las 9:00 estando él en 116g me acerque a él por primera vez para ver si quería comer, me puse en cuclillas le estire el guante pero si bien pió un poco y camino algo hacia los costados en la percha no lo vi con muchas ganas de saltar así que me fui para volver más tarde. A las 9:30 ocurrió lo que se ve en este video:
Después de eso estuvo muy tranquilo en su percha. A las 10:30 conseguí otros dos saltos que los pueden ver en este segundo video:
Dos saltos más hizo a las 11:45 y eso fue lo último por la mañana.
Para las 16:30 estaba nuevamente en 116g pero esta vez solo realizo un único salto y con la picadita que le di llego a los 117g de peso. Una hora y media más tarde hizo dos saltos más y a las 18:30 salto a un chingolito que le ofrecí en el guante pero a diferencia de los que me esperaba saltó pero no se puso a comer, más bien jugaba con él. Lo pelaba, le retorcía el cuello, le picoteaba la cabeza y cada tanto comía un poco, pero no mucho.
Terminó el día pesando 120g