12 de enero de 2012
Eran las 7:30 cuando saque a Necul de su tranportin y lo subí a la balanza, ahí me di cuenta de que estaba empezando su día pesando 126g.
Me había fijado la meta de no darle de comer hasta que no saltara al puño aunque ese salto no represente más de 10cm, con que sus dos patitas se despegaran de la percha y se dirigieran en dirección al guante ya estaría conforme. Como es lógico me propuse esto porque ya estaba completamente seguro que si no saltaba era porque no tenía hambre, no había ningún otro factor externo que pudiera estar condicionándolo, de no ser así no habría jugado tanto con su hambre.
Después de pesarlo lo enjardine y comencé a hacer tiempo tratando de notar alguna pequeña señal que denote algo de hambre en él. Esto no ocurría para nada, el señor estaba muy tranquilo en la percha y ni siquiera piaba. Por las dudas de estar equivocándome en mis observaciones a las 10:00 lo pese, estaba en 123g, y lo volví a colocar en la percha, una vez ahí le mostré una media paloma pero me ignoro por completo, así que seguí haciendo otras cosas y lo deje sin desayunar. Esto se repitió durante gran parte del día y a medida que pasaban las horas mi preocupación iba en aumento. A las 10:45 y pesando 122g siguió negándose a saltar. Lo mismo a las 11:30 cuando todavía pesaba 122g y a las 12 del mediodía aunque esta vez no lo pese. 122g era el peso más bajo al que había llegado hasta ahora y en el que se encontraba cuando mato su primer gorrión, pues ahora estando en ese peso solo le falto reírseme en la cara y mandarme a que me coma yo la paloma.
La siesta la paso debajo del sauce y no lo pese hasta las 16:10. Solo de verlo ya me imaginaba que no iba a haber grandes cambios pero como estaba pesando 117g me propuse hacerlo comer. Gracias a unas picaditas muy chiquitas que lo tentaron un poco y a que el guante con la paloma estaba casi a un paso logre que se suba de un saltito al guante. Para llegar a esto tuve que pasar más de 10 minutos insistiéndole y colocando la paloma de todas las posiciones que se pueden llegar a imaginar. Si no fuese un animal tan chiquito o si hubiese estado unos gramos más alto no le habría dado nada, pero estaba pesando 117g y nunca había estado tan bajo por lo que no me quise arriesgar y casi le regale la posibilidad de comer. Una vez en el guante comió pero sin demasiadas ganas, parecía que comía como nosotros cuando estamos aburridos y no sabemos que hacer entonces comemos. ¡¡En 117g todavía no tenía hambre!!
Después que comió un poco lo deje seguir haciéndolo pero en el suelo y me fui a buscarle un gorrión antes de que pierda el poco hambre que tenia. Dicho gorrión se lo ate al lado de donde estaba comiendo. Lo miro un poco, siguió comiendo de la paloma, lo volvió a mirar, volvió a comer y después dejó todo y se subió a la percha. Yo retire la paloma mientras él se dedicaba a mirar el gorrión que se trataba de escapar. Pasaron más o menos 15 minutos hasta que se digno a bajar y trabar al gorrión, si antes tenía poco hambre ahora no tenía nada. Jugó un rato con el gorrión y tuve que terminar sacrificándolo yo porque no tenía sentido seguir dejándoselo. Cuando yo estaba rematando al pajarito él se volvió a la percha y a los 10 minutos bajo a buscar al gorrión, dio unas vueltas con él, jugo otro poco y esta que yo no se lo abrí y lo subí al guante no comió nada. Una vez en el puño comió pero no lo termino, es más, solo llego a los 127g. Para todo esto ya eran las 17:30.
Pasado esto lo tuve más o menos una hora en el puño, después lo devolví a la percha para más tarde recogerlo de nuevo, placearlo un rato y finalmente a las 20:15 llevarlo a dormir.
Eran las 7:30 cuando saque a Necul de su tranportin y lo subí a la balanza, ahí me di cuenta de que estaba empezando su día pesando 126g.
Me había fijado la meta de no darle de comer hasta que no saltara al puño aunque ese salto no represente más de 10cm, con que sus dos patitas se despegaran de la percha y se dirigieran en dirección al guante ya estaría conforme. Como es lógico me propuse esto porque ya estaba completamente seguro que si no saltaba era porque no tenía hambre, no había ningún otro factor externo que pudiera estar condicionándolo, de no ser así no habría jugado tanto con su hambre.
Después de pesarlo lo enjardine y comencé a hacer tiempo tratando de notar alguna pequeña señal que denote algo de hambre en él. Esto no ocurría para nada, el señor estaba muy tranquilo en la percha y ni siquiera piaba. Por las dudas de estar equivocándome en mis observaciones a las 10:00 lo pese, estaba en 123g, y lo volví a colocar en la percha, una vez ahí le mostré una media paloma pero me ignoro por completo, así que seguí haciendo otras cosas y lo deje sin desayunar. Esto se repitió durante gran parte del día y a medida que pasaban las horas mi preocupación iba en aumento. A las 10:45 y pesando 122g siguió negándose a saltar. Lo mismo a las 11:30 cuando todavía pesaba 122g y a las 12 del mediodía aunque esta vez no lo pese. 122g era el peso más bajo al que había llegado hasta ahora y en el que se encontraba cuando mato su primer gorrión, pues ahora estando en ese peso solo le falto reírseme en la cara y mandarme a que me coma yo la paloma.
La siesta la paso debajo del sauce y no lo pese hasta las 16:10. Solo de verlo ya me imaginaba que no iba a haber grandes cambios pero como estaba pesando 117g me propuse hacerlo comer. Gracias a unas picaditas muy chiquitas que lo tentaron un poco y a que el guante con la paloma estaba casi a un paso logre que se suba de un saltito al guante. Para llegar a esto tuve que pasar más de 10 minutos insistiéndole y colocando la paloma de todas las posiciones que se pueden llegar a imaginar. Si no fuese un animal tan chiquito o si hubiese estado unos gramos más alto no le habría dado nada, pero estaba pesando 117g y nunca había estado tan bajo por lo que no me quise arriesgar y casi le regale la posibilidad de comer. Una vez en el guante comió pero sin demasiadas ganas, parecía que comía como nosotros cuando estamos aburridos y no sabemos que hacer entonces comemos. ¡¡En 117g todavía no tenía hambre!!
Después que comió un poco lo deje seguir haciéndolo pero en el suelo y me fui a buscarle un gorrión antes de que pierda el poco hambre que tenia. Dicho gorrión se lo ate al lado de donde estaba comiendo. Lo miro un poco, siguió comiendo de la paloma, lo volvió a mirar, volvió a comer y después dejó todo y se subió a la percha. Yo retire la paloma mientras él se dedicaba a mirar el gorrión que se trataba de escapar. Pasaron más o menos 15 minutos hasta que se digno a bajar y trabar al gorrión, si antes tenía poco hambre ahora no tenía nada. Jugó un rato con el gorrión y tuve que terminar sacrificándolo yo porque no tenía sentido seguir dejándoselo. Cuando yo estaba rematando al pajarito él se volvió a la percha y a los 10 minutos bajo a buscar al gorrión, dio unas vueltas con él, jugo otro poco y esta que yo no se lo abrí y lo subí al guante no comió nada. Una vez en el puño comió pero no lo termino, es más, solo llego a los 127g. Para todo esto ya eran las 17:30.
Pasado esto lo tuve más o menos una hora en el puño, después lo devolví a la percha para más tarde recogerlo de nuevo, placearlo un rato y finalmente a las 20:15 llevarlo a dormir.